El puente Q’eswachaka ha sido declarado por
la Unesco como Patrimonio Cultural de la Humanidad. Fue ayer durante la
octava reunión del Comité
Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial,
celebrada en la ciudad de Bakú (Azerbaiyán). Los integrantes del comité
reconocieron su valor histórico y el uso de técnicas incas para su renovación.
El
Q’eswachaka es un puente inca hecho a base de soguillas de ichu y q’oya (paja
brava). Está suspendido a 50 metros, entre dos peñascos de uno de los profundos
cañones que abrió a su paso el río Apurímac, en el distrito de Quehue,
provincia de Canas, a más
de 140 kilómetros de Cusco. Mide
unos 30 metros de largo y un metro de ancho. En cada extremo del cañón
las sogas están atadas a gruesos fierros clavados a las sólidas rocas.
Quehue está situado a 3 mil 700 metros de altitud en una zona por
donde pasaba uno de los caminos secundarios del imperio que
conectaba con el Qhapaq Ñan, el gran camino inca que unió los Cuatro Suyos del Tahuantinsuyo.
Desde hace aproximadamente
550 años, el puente es renovado en
la primera quincena de junio de cada año. El cálculo lo han hecho varios
historiadores en función a la versión de cronistas que aseguran que los Incas conquistaron a los K’anas a
mediados del siglo XV (otros sostienen que la rebeldía de los
K’anas impidió que sean conquistados, por lo que hubo acuerdos entre ambas
etnias).
El puente Q’eswachaka fue registrado por
primera vez en una relación de puentes hecha por el Ministerio de Fomento en 1904.
Renovación anual del puente Q’eswachaka
Entre el 12 y 14 de junio
los representantes de las comunidades de Ccollana y W’inchiri de Quehue, herederos de los maestros
tejedores, se encargan del
trenzado del puente. Éstos se hacen llamar “Chacaruwaq”, tejedores de
puente en español. Los ayudan sus
pares de los ayllus vecinos de Chaupibanda, Chaccayhua y Pelcaro.
El trenzado es la parte
culminante de un esforzado trabajo que empieza semanas atrás. Los comuneros recolectan ichu de la variedad
q’oya, lo suficiente como para hacer un nuevo puente. El día de la renovación se realiza una
ceremonia de pago al Apu Quinsallallawi.
Terminado el ritual, las
mujeres se encargan de tejer las soguillas de ichu toda la mañana. En la tarde
los hombres se organizan en grupos para ir trenzando las sogas mayores, guiados
por el chakaruhac (heredero conocedor de estas técnicas) y hacerlas pasar de
una orilla a otra.
Para los comuneros de
Quehue, la renovación anual del
Q'eswachaka es un homenaje a sus antepasados. Para la Unesco representa
un acto de continuidad de la
tradición cultural existente desde tiempos prehispánicos.
Eleuterio
Callo, uno
de los “Chakaruwaq”, habló
ante los representantes de la Unesco en
quechua. Destacó la importancia de preservar las costumbres tradicionales de
los “pueblos ancestrales” de la región.
Ministerio de Cultura destaca
reconocimiento
David Ugarte Vega Centeno,
titular de la Dirección Desconcentrada Cusco del Ministerio de Cultura, refirió
desde Azerbaiyán que la renovación anual del Q´eswachaka es un ejemplo palpable
de la continuidad de una tradición cultural vigente desde el incanato.
“Este es un gran logro para
el Cusco y para todos los peruanos”, dijo respecto a la nominación recibida de
manos de la Unesco. Destacó el trabajo técnico realizado por los especialistas
de dicha institución desde el 2010.
Resaltó también que este
nuevo reconocimiento permitirá dinamizar el flujo de visitantes hacia la
provincia de Canas, donde la población podrá insertarse en la actividad
turística y mejorar sus condiciones de vida.
FUENTE: http://www.larepublica.pe
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